Recta final

11/10/10 delaredulin.com

La ocktoberfest pejina afronta sus dos últimas jornadas con la intención de seguir siendo un punto de encuentro para los amantes de la diversión, el buen ambiente, la cultura europea y, por supuesto, el sabroso elixir que, servido en jarras, sabe mejor.

Por cierto que, este año, tan resueltos recipientes pueden formar parte del ajuar de quienes así lo deseen, a cambio de los dos euros que se han de abonar en clave de fianza. Se evita así la tentación cleptómana que doce meses atrás causó una seria avería a las arcas de unos organizadores que esta vez, aspiran a sacar una nota de matrícula.

De entrada, no parece que los doce mil litros disponibles para los cuatro días vayan a quedarse cortos. Aunque todo puede pasar habida cuenta de las ansias con las que se han desenvuelto los fanáticos de esta bebida durante el intenso fin de semana. Encontrar un hueco en las mesas en determinadas horas ha sido una suerte de misión imposible, solventada entre el buen humor y la camaradería que fomenta un rito social en el que se sale con más amigos de los que se traían a la entrada.

Con el séquito del Emperador asomando de manera intermitente por el lugar, otro gran acierto de esta segunda edición han sido las actuaciones en directo de distintas agrupaciones, dando un toque festivo a un recinto que, por momentos, parece a punto de saltar por los aires vista la afluencia registrada en estas jornadas.

Las tapas que se despachan en los once stands se convierten en el complemento sólido ideal para acompañar unos tragos que, como efectos más destacados, refrescan gargantas, desatan lenguas y dan pie a animadas -y no siempre trascendentes- charlas, cubriendo con creces los objetivos que enmarcan la cita. Los más rezagados, o quienes aprovecharon estos días para hacer una escapada fuera de Laredo, aún tienen su oportunidad de dejarse empapar por una iniciativa que los chicos de la Asociación San Rock-e tuvieron el acierto de concebir y llevar a la práctica, haciéndose acreedores a una marea de elogios que seguro que saben gestionar con acierto de cara al futuro. 'Schenkt ein, trinkt aus, schenkt ein, trinkt aus!' (Sírvete, bébetela, sírvete, bébetela!)


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